lunes, 29 de noviembre de 2010

Entrevista al MN Manuel Sosa Macho


De 36 años, Sosa es parte del puñado de uruguayos que vive de jugar al ajedrez; toda una extravagancia en un país que posee pocos torneos profesionales, y en los que escasas veces los premios van más allá de trofeos y "la alegría de pasar un buen rato entre compañeros", según admite entre risas el propio jugador. Sin embargo, se las ha apañado para dedicarse tiempo completo a esta pasión en la que conviven peones y reyes. La historia de su vocación germina en Buenos Aires. De origen fernandino, la familia Sosa cruzó el charco en 1983, cuando Juan Manuel tenía ocho años y su hermano mayor, Federico, contaba once. Fue este último el que, interesado al ver jugar a un amigo de su padre que los cobijó en la capital porteña, prestó especial atención al deporte y comenzó a frecuentar el Club River Plate. Aunque más conocido en estos lares por su equipo de fútbol, en el Monumental de River se ubica también un gran espacio para ajedrecistas y es de hecho uno de los clubes más importantes del país en la materia. Contagiado por su hermano, Juan Manuel comenzó a competir en torneos infantiles, hasta que cuatro años más tarde regresaron a Uruguay y se instalaron en Piriápolis. "En ese momento abandoné; no había clubes, no tenía estímulo para seguir ni nadie que me enseñara". Pero ese mismo año, lo invitaron a participar en un torneo nacional. "No tenían a nadie que representara a Maldonado a nivel de niños, entonces fui y sorpresivamente para todos gané y salí campeón nacional infantil". El título incluía la clasificación para un mundial en Puerto Rico. Ese fue el quiebre: "Yo no tenía estudios, no me había preparado, y sin embargo gané. Me di cuenta que tenía condiciones". En la adolescencia siguieron las competencias, con un vicecampeonato panamericano a los 18 años en Chile incluido, hasta que Juan Manuel notó que era a lo que quería dedicar su vida. En 1998 comenzó a dar clases en colegios, escuelas públicas de contexto crítico, casas de la cultura y a nivel particular y desde entonces no ha parado. Destaca la importancia de su enseñanza en los más chicos: "Estuve en la escuela 338 de Punta Rieles en la época del programa piloto Verano Solidario y fue tan buena la respuesta que la directora pidió que se extendiera todo el año. Era muy positivo para los chicos por la concentración, porque el ajedrez tiene elementos de índole matemático. Y se complementaba con otras materias: a veces, cuando no teníamos tableros o material suficiente, los mismos niños hacían las piezas. Lo coordinábamos con la profesora de plástica y las armaban".

1 comentario:

Gabriel Maspero (Gaboto) dijo...

Lo conozco a Juan Manuel desde muy chico, es un ejemplo de persona, un gran jugador de ajedrez, un gran maestro pero, lo mas importante, una persona notable con un corazón gigante. Grande Juan (Pety) sos un ejemplo !!

 
Contadores Gratis
Contadores Web